Exposición personal
Alejandro Casanova
Inauguración 21 de diciembre a las 20:30
hasta el 28 de febrero de 2013
Para
Alejandro Casanova el desnudo es el momento más revelador de la
psicología humana. Ese instante de intimidad que posterga el entorno
social, con sus rutinas y manierismos, profundiza en un mundo de
relaciones hombre-objeto, donde predomina un criterio puramente
selectivo. Casanova reconstruye la escena despojándola de todo detalle
superfluo. Discrimina. Separa. Difumina. Así sus personajes parecen
interactuar con las circunstancias y los entornos que él mismo ha
elegido, como para subrayar ese instante
en el que podemos imaginar las sensaciones, el subconsciente, en su
devenir cotidiano. Una sensibilidad sobrecogedora e introspectiva. El
artista nos convida a respirar y sentir ese tono sugestivo propio de los
ambientes cerrados -por momentos claustrofóbica-. Estos retratos son
síntesis de emociones. El día a día, puertas adentro. La contemplación
frente al espejo, el contacto de los pies desnudos con las baldosas, la
mirada absorta frente a la pantalla de un ordenador, el contacto con el
agua de una bañera, el reposo en un sofá, un perro solitario. Momentos
en que rivalizamos con nuestro yo, en que nos enfrentamos a nuestros
miedos, angustias y soledades, en que gozamos de una casi absoluta
libertad y nos despojamos de nuestras vestiduras. Casanova refuerza esta
intencionalidad con pinceladas y texturas propias del expresionismo sin
abandonar las formas y la expresividad del color y la línea, sin
subrayar los detalles. Sus composiciones reproducen los mismos modelos
en situaciones diferentes; sin embargo, esta reiteración no supone una
limitación expresiva. Tales recursos le permiten transitar entre dos
discursos: el del más puro retrato realista y el del retrato difuminado
que reivindica lo sensible e intimista del cuerpo humano, lo puramente
emotivo.
Raimundo Díaz / Arístides Rosell
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